Ángeles del cielo…
Qué triste recordar, fechas y horas que nunca hubiera querido que llegaran, pero son experiencias de vida que nos marcan para siempre…
Continúa esta historia de la vida misma, testimonio de fe ante la muerte de un ser querido…
Esta experiencia le sucedió a mi hermano Jesús, todo iba bien en su vida, el ya casado y con un hijo de 9 años llamado Michael, de pronto un dia en el recreo de su colegio jugando en el patio se desmayó repentinamente, y al darse cuenta de esto la monja auxiliar, lo trasladó para darle los primeros auxilios…
Mientras comunicaban de este hecho a sus padres perdieron mucho tiempo, ellos no se encontraban en casa, porque estaban trabajando. Llamarón a su abuela y lo trasladaron a un clínica cercana siendo ya demasiado tarde, mi pobre sobrino llegó ya cadáver a dicho centro Hospitalario, desconociéndose aùn las causas de su fallecimiento hace ya 14 años…
Imaginen después lo que vino, llantos, desmayos y recuerdos imborrables de esta tragedia familiar, para colmo mi hermano se separó de su esposa y se fue a vivir a los Estados Unidos, pero al cabo de dos años volvió nuevamente, solo por el recuerdo de su hijo, comenzando a hacer una vida bohemia llena de tragos y malas noches…
Hasta que por fin y por voluntad propia, se reconcilió con su esposa y tuvieron una linda nenita a la que llamaron Jeceli que es la unión de su nombre y el de su esposa Celia, cuando la nena tenía 4 años, tuvieron a su segundo hijo con el que completaron su felicidad, también lo llamaron Michael en recuerdo al hijo perdido que nunca habían logrado olvidar.
Ya habían pasado dos años del nacimiento de mi segundo sobrino, y cuando todo era nuevamente paz y tranquilidad en la familia de mi hermano Jesús, una de esas tardes grises, fueron invitados a una fiesta de cumpleaños de una amiguita de mi sobrina, departían normalmente de la reunión y mi hermano iba a darle a su hijo una cucharadita de gelatina, el nene se desmayó sin motivo alguno, a pesar de que mi hermano con la experiencia del hijo mayor perdido, había cumplido en pasar al bebé con todos los chequeos médicos habidos y por haber y a pesar que el nene aparentemente gozaba de buena salud, esa tarde estaba sucediendo lo contrario a lo que decian los medicos «El niño está completamente sano» , con prisa llevaron al bebé hacia el hospital más cercano y según me cuenta mi hermano en el trayecto al Hospital, el pequeño reaccionó y empezó a llorar débilmente, hasta que llegaron… Mi hermano como un loco, pedía que atiendan a su hijo, y como siempre el personal médico y enfermeras les pedían a mi hermano y su esposa que se calmen y salgan de la sala de urgencias… Pasaron alrededor de veinte minutos de esa lenta espera, dentro atendian al bebé…
Salió un médico y comunicó a mi hermano, a su esposa y a su pequeña hija, que su pequeño acababa de fallecer…
En ese instante por la noticia mi hermano hace un paro cardiorespiratorio y su esposa se desmaya…
Una llamada telefónica nos devuelve nuevamente al caos familiar, nadie podia creerlo… Horas después mi hermano grave y su esposa sin poder aceptar que ya no tenia más a su hijo de dos años…
Dicen que el tiempo cura toda herida, pero creo que jamas podra curar la pérdida de un hijo.
Después de muchos sufrimientos, mi hermano y su esposa vuelven a creer en esta vida, Dios los premió con la llegada de su segunda nena a la que llamaron Ariana que significa constelación de estrellas, ella ya tiene 4 años y junto a Jeceli que ya tiene 11 años, son la razón de su existir y la alegría para nosotros sus familiares que sufrimos bastante con ellos.
A continuación les publico el poema que mi hermano escribió para mi sobrino días después de su muerte:
MI BEBÉ
Llegaste a mi vida como un nuevo amanecer
la luz de tus ojos, iluminó mi caminar
fuiste gaviota que vino y se fue
fuiste el aroma de una flor que marchitó
tu sonrisa fue fuente de vida
y tus caricias toda mi alegría
Perdón por no acompañarte aquella tarde gris
perdón por no darte mi vida y mi corazón
duerme, duerme con dulzura,
que mis besos y mi mente, velan tu sueño eterno.
con tus manitos de algodón, abrigaste mi vida
y tu cuerpo de cristal, brilla mi noche oscura
duerme duerme tesoro mio
que llegará un nuevo amanecer
para disfrutar juntos como en vida.
Jesus Bruna Zuñiga