Que Jesús esté contento
Un crío de nueve años puso él en su casa el Belén. Lo armó bastante bien y con buen gusto. Pero en el portal colocó al Niño Jesús en una hamaca de una muñeca de su hermana.
Cuando su madre lo vio le dijo:
– ¿Cómo pones al Niño Jesús en una hamaca?. ¿No sabes que nació en pajas?.
– Si, mamá –replicó el pequeño -. Ya sé que nació en pajas.
Pero en la hamaca está más cómodo.
El comentario de la anécdota no tiene desperdicio…
Precioso afán: que Jesús esté cómodo. Sublime ilusión: vivir para agradar a Dios.
María habrá limpiado, ventilado y adecentado la cuadra de Belén para el Señor, para que estuviese un poco mejor.
¿Qué falta, o qué sobra, en mi corazón para que Jesús esté cómodo en él?.
¡Madre, mete tu mano a fondo en mi corazón y limpia, barre y ventila…!
Agustín Filgueiras