“La ambición que no se analiza, que simplemente se satisface, se hace vicio: puede convertir a un hombre en una máquina que no sabe otra cosa que estar en marcha. Sopesándola, puede ser algo muy distinto: la senda hacia las estrellas, tal vez.
Sospecho que lo que tanto hace enfadar a los hedonistas cuando piensan en los entusiastas del trabajo es que, sin drogas ni orgías, las personas que alcanzan sus metas nos lo pasamos mejor”.