«El jugador de talento atraviesa con serenidad cualquier situación, es una seguridad profunda que vence a la presión y al error. […] El jugador de categoría vive al acecho, a la espera del momento. Está relajado y, de pronto, conecta con la quinta velocidad (mental) para encontrar una solución a la medida de la dificultad. Nunca un movimiento en falso, ni un gesto inarmónico, ni una decisión cómoda: ven más allá, eligen los atajos y, entonces si, usan la técnica como herramienta».
Jorge Valdano en «El talento no tiene prisa»