La chapuza es el detestable arte de no acabar bien lo que uno ha empezado. Dicen que sin el último minuto no se entregarían un 90 por ciento de los trabajos. Lee a continuación una anécdota real de «chapuzas de la vida misma»…
No es lo mismo
Una familia perdió a su abuelo y, como había sido su deseo antes de morir, decidieron echar sus cenizas en el mar. Así es que fueron al lugar indicado y procedieron a cumplir los últimos deseos de aquel señor. Sucedió que unas semanas después, alguien llegó a su casa preguntando por ellos. Era la policía municipal de Benidorm. Una vez que confirmaron que eran los familiares del fallecido, les hicieron unas preguntas:
-¿Ustedes han echado al mar las cenizas de su abuelo?
-Sí, efectivamente, como había sido su deseo.
-El único detalle es que debían haber vertido las cenizas, no la urna entera que encontramos en la playa…
-¿Ustedes han echado al mar las cenizas de su abuelo?
-Sí, efectivamente, como había sido su deseo.
-El único detalle es que debían haber vertido las cenizas, no la urna entera que encontramos en la playa…