Cuando el general Narváez estaba a punto de morir, le preguntó el confesor si perdonaba a sus enemigos. Respondió el general:
-“No puedo, padre. No me queda ninguno. Los he pasado a todos a cuchillo.”
(De Jaime de Campmany en ABC)
Cuando el general Narváez estaba a punto de morir, le preguntó el confesor si perdonaba a sus enemigos. Respondió el general:
-“No puedo, padre. No me queda ninguno. Los he pasado a todos a cuchillo.”
(De Jaime de Campmany en ABC)