Hacerle más caso.
Charlando con una niña de unos once años, unos días antes de Navidad, le preguntaba el sacerdote:
– ¿Qué vas a regalarle a Jesús en este cumpleaños suyo?.
– Yo –dice la niña- no soy nada buena para regalos espirituales… Bueno, me parece que lo mejor que puedo regalarle es hacerle más caso. Nos entretenemos demasiado con los adornos, guirnaldas, el árbol… Y no es cuando más le atendemos a Él.
La anécdota continúa con una reflexión…
Está bien recordar a Jesús, hacer cosas en recuerdo suyo. Mejor aún, hacer cosas por El. Pero necesitamos tratarle a Él personalmente: «hacerle más caso».
«No dejéis por el trabajo de Dios, al Dios del trabajo», decía Juan Pablo II en un viaje a Irlanda.
«Dios no quiere tus cosas. Te quiere a ti» (Kempis). Y tenemos la tendencia a darle cosas, quizás o darnos nosotros mismos.