El 31 de enero de 1862 estaba Don Bosco pasean por los corredores con unos jóvenes durante el recreo, y de pronto se detuvo y llamó al seminarista Juan Cagliero y le dijo: – Oigo dinero que suena. Algunos están ahí jugando dinero. Darás una vuelta por el edificio y buscaras a los jóvenes NNN (y le dijo tres nombres).
Cagliero empezó a recorrer corredores y rincones y no los encontraba. De pronto vio venir a uno de los tres y le dijo: – ¿De dónde vienes? ¿Dónde estabas? ¡Te estaba buscando! – Estaba jugando con N y N.
– Y estaban jugando dinero, ¿no es cierto? El joven no pudo negar que sí había sido así.
Cagliero volvió a contarle a Don Bosco el resultado de sus pesquisas y el Santo contó que en la noche anterior había visto en sueño a tres muchachos jugando dinero. (Y el jugar dinero se les prohíbe a los jóvenes porque los puede llevar al robo y a muchos males más).