«Cuanto más fecunda se desarrollaba la actividad de predicación en diversos lugares, tanto menos me importaba… el efecto inmediato. Lo que había pretendido, en un principio por intuición, después más conscientemente, era que la verdad resplandeciera. La verdad es un poder; pero sólo cuando no se exige de ella ningún efecto inmediato.»
(R. Guardini, «Apuntes para una autobiografía»)