Animando a la generosidad en las contribuciones.
Entre todos debemos pagar los gastos de todos, también los de servicios de la Iglesia.
(Sigue con un cortísimo cuento jocoso…)
El párroco anuncia a su comunidad: «tengo una buena noticia y una mala noticia».
– «La buena es que tenemos suficiente dinero para pagar las deudas de la parroquia».
«La mala es que está aún en sus bolsillos».