“Yo creo que se equivoca con eso de estar triste” (habla de una amiga suya). “Mamá siempre dice que nunca son los demás que nos hacen daño; somos nosotros los que elegimos estar bien o mal. Yo no acabo de verlo así. Creo más bien que es como si lleváramos un avión y a veces pilotamos mal y entonces la culpa es nuestra si el avión va arriba y abajo, pero a veces la culpa la tiene el viento. Hay momentos en que el viento es tan fuerte que puede derribar el avión y el piloto cae herido o muere.”