Egoísmo y felicidad
En un parvulario, con niños de cinco años, les pregunta la profesora:
– ¿Qué es ser egoísta?.
Uno de los pequeños da una contestación que le retrata:
– Ser egoísta -dice- es que los otros niños no me quieran a mí.
Después de esta anécdota de egoísmo, un comentario…
El hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. Y Dios es Amor. Por eso la necesidad primera y más imperiosa que tenemos es la necesidad de amar, de darnos.
Cuando no se satisface esa necesidad, nos traiciona, se vuelve por pasiva: necesidad de que nos den.
Y por mucho que nos den, como lo que necesitamos es darnos, nunca nos satisface, nunca nos llega. De ahí la tragedia del egoísta.
No hay un egoísta feliz. Egoísmo y felicidad son estados contradictorios.
Agustín Filgueiras Pita. Sacerdote