Alessandra Giliani (1307 – 26 de marzo de 1326) fue la primera mujer en ser registrada en documentos históricos como practicante de la anatomía (lo que hoy se llamaría patología).
De Giliani se dice que llevó a cabo sus propias investigaciones anatómicas, como el desarrollo de un método para drenar la sangre de un cadáver y su sustitución por un endurecimiento de tinte y color, ayudando a la compresión del sistema circulatorio coronario pulmonar. Toda la evidencia de su trabajo fue o bien perdido o destruido.