El miedo es una respuesta fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para responder a situaciones adversas con rapidez y eficacia, pero el miedo puede ser irreal y provocar reacciones fisiológicas, psicológica y conductuales desagradables.
Estos son los principales temores de los niños según su edad:
- 2 – 5 años: situaciones nuevas, truenos, oscuridad, monstruos y fantasmas
- 5 – 7 años: estar solo, monstruos y fantasmas.
- 7 – 9 años: heridas, hacer el ridículo, rechazo por los demás, falta de habilidad, guerras o desastres naturales.
- 10 – 12 años: ladrones, exámenes escolares, aspecto físico, muerte, oscuridad, relaciones con los demás.
Estos temores son normales, sanos y evolutivos pero debemos de tener cuidado si ese miedo es desproporcionado ya que podemos hablar de un miedo que nos paraliza, que no nos deja desarrollarnos como personas o incluso de una fobia.
Los adultos mantenemos ciertos temores que no deben de preocuparnos si somos capaces de controlar, si salen de nuestro control debemos de pedir ayuda por nosotros mismos y para no trasladarlas a nuestros hijos por aprendizaje vicario o aprendizaje por imitación.
Tanto los niños como los adultos debemos de cambiar nuestra cognición y pasar del miedo al reto.
Con los niños es muy fácil mediante el cuento, las fábulas…este verano, a mi sobrina, que teme dormir sola le conté la siguiente historieta, que a modo resumen viene a ser algo así: “ una noche,el miedo a la oscuridad salió por una de las orejas y se fue a dar un paseo por el cielo, de pronto una estrella que lo vio, lo transformó en reto y le entraron muchas ganas de ser capaz de dormir solo y volvió a meterse por tu orejita ya transformado” esa noche, mi sobrina durmió sola y al dia siguiente se sentía orgullosísima de haberlo conseguido.
Aprendamos todos pues a transformar nuestros miedo en retos.
Escrito por Diana Rodríguez.