“Cuando los hombres no tienen nada claro qué decir sobre una cosa, en vez de callarse suelen hacer lo contrario: dicen en superlativo, esto es, gritan. Y el grito es el preámbulo sonoro de la agresión, del combate, de la matanza, Dove si grida non é vera scienza -decía Leonardo-. Donde se grita no hay buen conocimiento”.