Lucha por el equilibrio personal

Madurez, estabilidad de ánimo, fortaleza ante los altibajos de carácter, autocontrol, toma de decisiones después de una meditación profunda y si se puede, después de contrastarlas con una persona de nuestra entera confianza. (Suerte si tienes una así…)

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ESTRATEGIAS INSÓLITAS
Invertir según las fases de la luna

Todos los inversores saben que el mercado tiene mucho de psicológico, y que, en la Bolsa, muchas cosas dependen del estado de ánimo. Como se recoge en el anecdotario de «Cien errores al invertir en Bolsa», The Econosmist publicó en 2001 una de las estrategias de inversión más insólitas que se conocen: guiarse por las fases de la luna.
El estudio concluía que, de media, la rentabilidad diaria en los días cercanos a la luna nueva es muy superior a la rentabilidad de las fechas en torno a la luna llena. De acuerdo con las cifras, con luna llena, los mercados rentan un 8,3% menos. Quizás sea por el influjo de las mareas, pero los inversores, especialmente los europeos y asiáticos, parecen distraerse cíclicamente.
Otros estudios afirman que las mañanas soleadas son las que de verdad ayudan a los valores. La rentabilidad anualizada de las sesiones con cielo despejado en Nueva York alcanza el 24,8%, mientras que en las jornadas grises apenas llega al 8,7% de media.
La Cartera del Mono
En los mercados es famoso un mito que alienta la creencia en la suerte como factor primordial para invertir en Bolsa. Se cuenta que se colocó a un mono lanzando dardos contra las páginas de cotizaciones del Wall Street Journal, y que con los valores señalados se configuró una cartera.
La sorpresa para los analistas llegó cuando se compararon los resultados de la Cartera del Mono con los fondos de inversión que toman como referencia a los principales índices norteamericanos: el mono batió al 85% de los fondos.
La Bolsa y el Feng Shui
Otra de las extravagancias en boga llega de oriente. El Feng Shui se creó en China hace miles de años, al servicio de la arquitectura y el interiorismo, para la distribución en el espacio de elementos que creasen espacios armónicos, que proporcionaran sensación de bienestar en los hogares.
Desde hace once años se lleva aplicando este pensamiento a los mercados bursátiles, intentando predecir las tendencias, con resultados no del todo satisfactorios.
Si bien para 1992, el primer año de aplicación del método, los pronósticos casi hicieron pleno, para 2003 las previsiones parecen desafinar. La evolución del índice Hang Seng de Hong Kong ha sido exactamente inversa a las predicciones, mientras para Europa se auguran años «de moderado crecimiento»: es probable que no se equivoquen.
Un gran acierto fue predecir el repunte sorpresa de la rentabilidad de los bonos a diez años en Estados Unidos, si bien para este año se predijo «muy buena fortuna para el sector de los transportes debido al surgimiento de los elementos de Agua y Tierra». Sin embargo, el sector de las aerolíneas fue el más perjudicado este año, por el SARS primero, y por la Guerra de Irak después.

ULISES FUENTE