SANTAS FELICIDAD Y PERPETUA.
Del martirio de las santas Felicidad y Perpetua conocemos su desenlace, aquí referimos detalles sobre la entereza y fortaleza de santa Perpetua ante los intentos de su padre de persuadirla de que renegara del cristianismo y sacrificara a los ídolos.
El hombre intenta conmoverla de todas las maneras posibles, y para lograr derribarla le dice que tenga compasión de él, que piense en sus hermanos, en su madre y en su tía materna, y también, cómo no, en el niño que está criando. Narra la propia santa: “Me besaba las manos y se arrojaba a mis pies y me llamaba, entre lágrimas, no ya su hija, sino su señora”. Perpetua trata de animar a su padre con palabras muy sobrenaturales, pero no consigue consolarlo. El hombre vuelve a la carga al día siguiente, que es el del juicio, llevando en los brazos al hijito de Perpetua:
-Compadécete del niño chiquito.