Celina Chludzinska Borzecka, fundadora de la congregación de las Religiosas de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, nació en Antowil, cerca de Orsza (Polonia oriental, actual Bielorrusia), el 29 de octubre de 1833. Muy pronto sintió la llamada a la vida religiosa, pero siguiendo la voluntad de sus padres y el consejo del obispo, su confesor, se casó en 1853. Fue esposa ejemplar y madre de cuatro hijos.
En 1863 fue arrestada por haber ayudado a los insurgentes contra el régimen zarista. En 1869 se trasladó a Viena, donde se dedicó a cuidar a su marido, paralítico, y educar a sus hijas Celina y Jadwiga. En 1875, habiendo enviudado, se trasladó a Roma. Gracias al siervo de Dios p. Piotr Semenenko, de la congregación de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, conoció la espiritualidad resurreccionista, confirmando al mismo tiempo su vocación a la vida religiosa, junto con su hija Jadwiga.
En 1882 comenzó a vivir según el estilo propio de una comunidad religiosa, junto con su hija y otras compañeras, bajo la guía espiritual del p. Semenenko. El 6 de enero de 1891, día en que hizo su profesión, en presencia del cardenal Parocchi, vicario del Santo Padre para la diócesis de Roma, es la fecha de fundación oficial de la congregación de las Religiosas de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, cuya misión es la educación cristiana de las jóvenes y la renovación religiosa y moral de las mujeres.
En la ciudad eterna la madre Celina abrió la primera escuela del Instituto, en la que mons. Giacomo Della Chiesa, el futuro Papa Benedicto XV, fue capellán y catequista durante un tiempo. Invitada por el cardenal polaco A. Dunajewski a visitar su patria, en 1891 abrió un noviciado en la ciudad de Kety. Algunos años después extendió la actividad de su congregación a Bulgaria, llevando a cabo un amplio apostolado entre los católicos y una intensa actividad misionera entre los ortodoxos.
Entre los años 1898 y 1900 abrió casas en Czestochowa y en Varsovia, y envió a algunas religiosas a Estados Unidos para que se ocuparan de la actividad educativa en las parroquias polacas. Organizó, asimismo, la asociación laical de las así llamadas «religiosas agregadas» al Instituto, que tenían por cometido el apostolado en su propio ambiente.
En 1902 comenzó la construcción de la casa madre en Roma. Después de la muerte de su hija Eduviges, en 1906, intensificó su actividad y emprendió largos y fatigosos viajes para visitar las casas de Europa y de América. En 1911 convocó el primer capítulo general del Instituto, que la eligió superiora general de por vida. En 1905 el Instituto obtuvo el decretum laudis.
La sierva de Dios escribió «Memorias para mis hijas», publicadas entre 1954 y 1963 en la revista Gloria resurrectionis. También escribió «Cartas desde Bulgaria», publicadas en la misma revista de 1960 a 1963.
La madre Celina Chludzinska Borzecka falleció en Cracovia el 26 de octubre de 1913. La congregación de las Religiosas de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo se difundió rápidamente; hoy comprende cuatro provincias y cinco regiones, y cuenta con más de 500 miembros en 53 casas distribuidas en Argentina, Australia, Bielorrusia, Canadá, Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Polonia y Tanzania.
El fundamento de su espiritualidad es el misterio pascual; y la finalidad apostólica, la educación cristiana, la asistencia a los enfermos, la pastoral parroquial y cualquier otro ministerio que pueda contribuir a la resurrección espiritual y moral de la sociedad.
Como esposa, madre y religiosa la madre Celina se preocupó siempre por buscar y poner en práctica la voluntad de Dios, considerando a Cristo resucitado el centro de su vida. Precisamente por todos esos aspectos de su personalidad vividos con pasión evangélica es un modelo para el hombre moderno.
El proceso de beatificación de la madre Celina comenzó en 1944 en Roma. El 11 de febrero de 1982 el Santo Padre Juan Pablo II firmó el decreto que reconocía la heroicidad de sus virtudes, y el 16 de diciembre de 2006 Su Santidad Benedicto XVI el de su beatificación.