Todas las partes funcionantes del cuerpo, si se usan con moderación y se ejercitan en la función para la que están hechas, se hacen más sanas, se desarrollan mejor y envejecen más lentamente; en cambio, si no se usan o se dejan inactivas, se hacen más propensas a enfermar, se desarrollan defectuosamente y envejecen con más rapidez.
(Hipócrates, siglo V a.C.)