Dos obreros trabajaban en la vía pública con gran tesón y energía.
Iban vestidos con un mono y cargaban tubos de plomo en un camión.
Un policía paró y les observó.
Llamó al retén con su walkie-talkie. Vino una furgoneta y varios policías arrestaron a los dos trabajadores sin mediar más palabras, por ladrones.
El jefe preguntó al policía, ya veterano qué le había llevado a reconocer a los cacos.
Esta fue su respuesta:
– ¿Qué te hizo pensar que eran ladrones y no obreros?
– Trabajaban demasiado deprisa para ser obreros.