El 1º de noviembre de 1863, narró al alumnado el siguiente sueño: “La noche pasada soñé que había muerto un joven y que yo lo acompañaba hasta la sepultura. No los quiero alarmar, pero ya en otras ocasiones he tenido sueños como éste y siempre se cumplieron”.
Explicación: Dos días después volvió a decirles a los jóvenes: – Hay que rezar por aquél de nosotros que tiene que morir primero. Esto puede ser pronto. Si estamos bien preparados y seguimos viviendo, estaremos contentos. Si estamos bien preparados y tenemos que morir, sentiremos gran consuelo por encontrarnos bien preparados para pasar a la eternidad.
El 5 de noviembre murió el joven Luis Petre.