Con motivo de la JMJ de Madrid 2011 con Benedicto XVI, entrevistaron a una monja de clausura, la más anciana de España, que llevaba en el monasterio tantos años como tenía el Papa entonces: 84. La monja tenía 103 años. En la entrevista más o menos decía cuando le preguntaban sobre la importancia de la oración:
Sin ella no se puede vivir. Esta es mi oración de cada día: “Jesús, que vea con tus ojos, que hable con tus labios, que escuche con tus oídos, que trabaje con tus manos, que piense con tu mente, que ame con tu corazón”… y, a pesar de todo –decía la monja– sigue habiendo fugas.