Conocí a don Álvaro cuando vino a Kenia en 1989. Le recuerdo con una gran sonrisa, sereno y sólido. Estaba lleno de sabiduría, y sabía cómo obedecer y cómo mandar. De su mensaje destacaría que la Iglesia necesita gente que pueda obedecer inteligentemente.
Estaba lleno de sabiduría, y sabía cómo obedecer y cómo mandar
Voy a asistir a la beatificación porque le tengo un profundo cariño y aprecio. Me encantaría encontrarme en Madrid a mucha gente de todos los estilos de vida, y poder visitar los lugares en los que vivió y por los que pasó don Álvaro.
Iré con amigos, ¡por supuesto! No he podido ahorrar, no hay dinero para ahorrar… Lo que he ido haciendo ha sido recortar los gastos del día a día, por ejemplo, en la comida, usando el transporte público en vez del coche, o intentar sacar algún dinero extra cobrando por actividades al aire libre, como bicicleta de montaña.