Penitencia: Hay pocas historias sobre en sacramento de la confesión. Cuántas veces hemos oído los pellizcos o empellones que se llevaron nuestro abuelos en algunas facetas de su educación (también en colegios religiosos).
Con horror hemos oído aquello de que la letra con sangre entra.
En el caso de la confesión lo tenemos fácil: pensar, arrepentirse, acusarse, hacer la buena obra… es rápido y consolador.