De un reciente viaje a Ghana, en busca del cacao, te contaré que el chófer, que era presbiteriano, se enteró de primera mano de mi plan de vida.
Entre otras cosas, Iba a diario a la catedral de Accrá a Misa de 6.15 am, por no haber otra mejor.
Estaba alojado a cerca de una hora de la catedral y mi chófer vivía a 45 minutos de mi casa; con todo tenía él que salir de su casa a las 4.30 para poder recogerme a tiempo. Así que, con legítimo interés, me preguntó unas cuántas cosas sobre por qué era tan importante la Misa para mí, por qué iba todos los días… etc.
Esto me dio ocasión a explicarle sobre mi interés en la Misa y darle una catequesis básica sobre la Eucaristía. Quedamos en que se pasaría por la iglesia católica cercana a su casa y asistiría a eso que era tan importante como para que nos levantáramos a las 4.30 am todos los días.
Me parece un país ordenadito (nada que ver con mi querida y caótica Nigeria) y excesivamente burocrático.