Examen de conciencia-Conocimiento propio
—¿Busco mi alabanza o que agradezcan mis servicios?
—¿Pueden encargarme lo que sea, con la confianza de que lo llevaré a cabo y daré cuenta sincera, sin disculpa, de cómo lo he cumplido?
—¿Vivo la caridad, el cariño, también en los ratos de descanso?
—¿Mortifica mi palabra a los demás, por ser cargante o hiriente?
—¿Procuro no dar un trato extraordinario a alguno sólo por motivo de simpatía, haciendo acepción de personas?
—¿Olvido que mi santidad está en la rectificación del deber de cada instante?
—¿Me preparo debidamente para recibir los Santos Sacramentos?
—¿Hago con sinceridad y con valentía mi examen de conciencia a mediodía y por la noche?
—¿Hago también, en la forma debida, el examen particular de conciencia? Como se ve, casi todas estas preguntas se dirigen a mantener o mejorar la intimidad con Dios.
Alvaro del Portillo