“—Tu cuerpo entero, de un extremo del ala al otro —diría Juan en otras ocasiones—, no es más que tu propio pensamiento, en una forma que puedes ver. Rompe las cadenas de tu pensamiento y romperás también las cadenas de tu cuerpo.”
“—Tu cuerpo entero, de un extremo del ala al otro —diría Juan en otras ocasiones—, no es más que tu propio pensamiento, en una forma que puedes ver. Rompe las cadenas de tu pensamiento y romperás también las cadenas de tu cuerpo.”