Dormir parece algo sencillo, pero muchos lo hacemos mal. Aprende a descansar mejor y aumentar tu rendimiento durmiendo como debe ser   ¿Cuántas veces a la semana se te pegan las cobijas y sólo con un esfuerzo ultra humano logras levantarte? ¿Y cuántas veces mueres de sueño en las clases y todo porque en la noche anterior te quedaste viendo infomerciales?

Dormir es algo que hacemos todos los días, y aunque obviamente nadie nos enseñó a hacerlo (¡Imagínate!, “Paso 1: cerrar los ojos…”), es importantísimo que aprendamos a hacerlo bien.

Las ganas que tienes para hacer todo lo que haces en el día depende de cuánto y cómo duermas. Ojo, porque tener buen sueño no sólo significa sentirse bien durante todo el día, sino además, sentirte bien mientras duermes.

¡A DORMIR COMO BEBÉ!

¿Dormir como oso polar?
La cantidad de horas que se necesite para dormir depende de cada persona. El número recomendable para los jóvenes es de alrededor de 8 horas, aunque algunos necesitan dormir más horas y otros menos.

No dejes entrar al enemigo
Además de que al dormir las horas necesarias el cuerpo recupera la energía que gastaste durante el día y te da fuerzas para el siguiente, también el sistema inmunológico (el que ataca las enfermedades) se fortalece.

Bájale a tu enojo
Cuando duermes bien estás descansado y por lo tanto te estresas y te enojas con menos facilidad. Por eso, entre mejor duermas más joven parecerás porque no te saldrán arrugas.

Hazte más listo
El sueño no sólo te recupera físicamente, está comprobado que al dormir lo suficiente se fortalece el aprendizaje porque se restaura la actividad de las neuronas.

Deja las pasitas
Si duermes bien, te olvidarás de las pasitas en tiempos de exámenes. El buen dormir hace que tu memoria funcione como debe (¡De haberlo sabido antes!). Una investigación mostró que cuando los estudiantes se desvelan, olvidan hasta un 30% de lo que aprendieron.

AGARRA TU COBIJA

Prepárate para dormir
Para dormir bien un buen tip es hacer temprano las actividades o trabajos más pesados y difíciles, así, cuando se acerque la noche, tu mente estará más relajada y podrás dormir con mayor facilidad.

Programa tu reloj biológico
Ten un horario fijo. Procura despertarte a la misma hora todos los días, y dormirte siempre a la misma hora, incluso los fines de semana. De esta manera tu cuerpo se acostumbrará a dormir el tiempo justo.

Escoge tu tipo de colchón
Tu colchón no tiene por qué ser una tabla super dura ni tampoco la suavidad andando. El colchón debe ser suificientemente cómodo, lo importante es que cuide tu espalda. Además el colchón debe estar a tu medida: si pareces lombriz en la noche y tiendes a golpear todo lo que ves en tus sueños, ¡¿qué haces durmiendo en una cama individual?!

No te atasques
Procura no comer demasiado cuando se acerca la hora de dormir. Sin embargo, tampoco es sano que te vayas a acostar con un hueco en el estómago, mejor prepárate una cena sana, nutritiva y ligera.

¡Arriba! ¡Abajo!…
Haz ejercicio. El realizar una actividad deportiva estimula el sueño y lo hace aún más reparador. Sin embargo, es recomendable que no realices ejercicio inmediatamente antes de irte a dormir, es mejor que te ejercites tres horas antes.

Todo esto no significa que no debes volver a desvelarte, simplemente que es mejor no hacerlo tan seguido, así te sentirás mejor y tendrás más energías. ¡A dormir se ha dicho!