Cuando no podemos hacer nada, hacemos lo que el corazón nos dicta lo importante es querer…
Un día un niño se sentía muy triste: le habían comunicado que su madre moriría a mitad de otoño. Él, que no sabía cuándo ocurría eso, lo preguntó. «Cuando la última hoja de otoño caiga, chaval», le dijeron. Triste se dirigió al árbol más cercano; se subió a él y ató conmovido una hoja con un cordel a una ramita del árbol.
De todos modos su madre murió al finalizar el otoño. Y pensó que su acción había alargado la vida de su madre medio otoño.