El topo es un pequeño animal que hace su morada en agujeros en la superficie de la tierra.
Es bien conocido por todos, Hace tantos hoyos que muchas veces daña los plantíos.
Un día como otro cualquiera el topo salió a la superficie. Y se encontró con una gigante y poderosa piedra, y pensó…
¿Quién podría derrumbar dicha piedra?
Luego miro al cielo y dijo:
– ya se ese impotente cielo tiene el poder de derribar esa gigante piedra,
Así el topo subió al cielo y le pregunto cielo poderoso, eres tan poderoso como para derribar esa piedra allá abajo?
El cielo respondió:
– no, Señor topo, hay alguien más poderoso que yo.
– ¿Quién es poderoso cielo?
– El sol, es más poderoso que yo, por el me da la brillante que poseo.
El topo enseguida fue donde estaba el sol y le hizo la misma pregunta y sol le respondió:
– no, Señor topo, hay alguien más poderoso que yo,
– ¿Quién Señor Sol?
– Las nubes señor Topo, cuando ellas pasan al frente de mi opacan todo mi resplandor.
Así el Señor Topo se dirige a las nubes y le pregunta a la nube
– ¿Eres tú más poderosa que Sol como para derribar esa gigante piedra allá abajo?
La nube le respondió
-no, Señor topo , hay alguien más poderoso que puede derribar esa piedra.
– ¿Quién Señora nube es más poderosa que usted para derribar esa poderosa piedra?
La nube le respondió:
– el viento es más poderoso que yo porque el viento me lleva en contra de mi a donde yo no quiero ir.
Así que el topo un poco frustrado se dirige al viento y le hace la misma pregunta
– ¿Es usted Señor viento más poderoso que la nube para derribar esa poderosa piedra allá a abajo?
– No Señor topo, hay alguien más poderoso que puede derribar esa imponente piedra, Pues yo he soplado sobre ella para ver si la derribo y nunca lo he logrado. Pero hay alguien que yo se que puede derribarla.
¿Quién Señor viento?
Viento le respondió
– tu, Señor topo, tienes la capacidad de derribar esa grande piedra.
– ¿y cómo Señor viento si yo soy tan débil e insignificante?
A lo cual el viento le respondió:
– fácil Señor Topo simplemente le hace varios agujeros en su fundamento y la piedra caerá por si misma.
La moraleja de esta anécdota puede ser:
Un razonamiento bien hecho, con razones, cita de fuentes autorizadas y buen talante es capaz de derribar cualquier sofisma, por mucho que se repita de boca en boca.
Otra:
Dios nos sostiene en el ser. Falte Dios y viene la ausencia de fundamento, el derrumbe físico, moral, intelectual…