Una anécdota se refiere a cuando en una ocasión Alejandro Magno estaba practicando deporte y haciendo ejercicio. Alguien se acerca y le pregunta; «¿Y vas a participar en los juegos olímpicos?», a lo que Alejandro responde; «Si mis rivales fueran reyes, por supuesto que sí». Tal vez mucho «crecimiento» o mucho «creerse» por parte de Alejandro, pero algo que nos muestra de cómo era y cómo actuaba.