La alegría y la risa
La alegría, sinónima de felicidad, es permanente; la risa es momentánea, como lo es la diversión. Las personas alegres no ríen mucho, pero ríen con ganas y aprovechan su risa sinceramente. Los tristes pueden reír mucho pero no acaban de aprovechar su risa: es puntual y no llena… aunque puede ser curativa y, por eso, también ayuda.
La alegría es fruto de una conciencia limpia, de una vida recta, de un trabajo regularizado, de un bolsillo tranquilo…
Una cita de Santa Teresa de Jesús:
Yendo con limpia conciencia y con obediencia nunca el Señor permite que el demonio tenga tanta mano que nos engañe de manera que pueda dañar el alma; antes viene él a quedar engañado.
Santa Teresa, Fundaciones, 4, 2
Una anécdota de cómo la risa puntual también es curativa…
La risa curativa
Galeno, uno de médicos más famosos de la antigüedad (129 – 199 DC) fue requerido para tratar la mujer de un aristócrata romano. Su doctor habitual la había estado administrando hierbas para tratar un supuesto mal orgánico, pero la mujer no experimentaba ninguna mejoría.
Galeno le cogió la muñeca y mientras sentía el pulso casualmente mencionó el nombre de un actor con el cual se relacionaba a la mujer en los chismorreos del pueblo. Al oír su nombre, inmediatamente el pulso saltó. Entonces Galeno se agachó y le susurró algo al oído que la hizo estallar en una prolongada carcajada. La risa fue el inicio de su curación y es uno de los primeros ejemplos documentados del tratamiento psiquiátrico de enfermedades psicosomáticas.