Querida mamá,
Es difícil encontrar las palabras adecuadas para expresar todo lo que siento desde que te has ido. Cada día, tu ausencia pesa en mi corazón, pero también encuentro consuelo al recordar el amor incondicional que siempre me brindaste. Es un amor que sigue vivo en mí, a pesar de la distancia que ahora nos separa.
Recuerdo cómo solías abrazarme cuando tenía miedo, cómo tus palabras siempre lograban calmar cualquier tormenta interior. Eras mi refugio, mi roca, y tu amor era el faro que guiaba cada uno de mis pasos. Aun en los momentos más oscuros, tu luz brillaba con una intensidad que me daba la fuerza para seguir adelante.
Tu amor era un constante en mi vida, un recordatorio de que siempre tenía a alguien en quien confiar. No importaba qué errores cometiera, siempre estabas ahí para perdonarme, para mostrarme el camino con tu infinita paciencia y comprensión. Esas lecciones de amor y compasión han dejado una huella imborrable en mi alma.
Mamá, extraño tus abrazos cálidos, tu sonrisa que iluminaba cualquier habitación, y esas charlas interminables en las que siempre sabías qué decir para hacerme sentir mejor. Extraño tus manos que trabajaban incansablemente para asegurarse de que nunca me faltara nada. Tus sacrificios y dedicación me enseñaron el verdadero significado del amor y la entrega.
Ahora que no estás físicamente conmigo, siento tu presencia de una manera diferente, pero igual de poderosa. En los momentos de duda y tristeza, cierro los ojos y puedo sentirte a mi lado, susurrándome palabras de aliento, recordándome que tu amor me acompaña siempre.
A veces, miro al cielo y hablo contigo, esperando que puedas escucharme. Me gusta pensar que eres mi ángel guardián, vigilándome desde arriba, protegiéndome y guiándome con la misma ternura con la que lo hiciste aquí en la tierra.
El dolor de tu partida es profundo, pero también lo es el amor que me dejaste. Ese amor es mi fuerza, mi esperanza, y la razón por la que sigo adelante. Sé que querrías que viva una vida plena y feliz, y hago todo lo posible para honrar tu memoria y tus deseos.
Mamá, gracias por todo lo que me diste. Gracias por ser mi madre, mi amiga, mi guía. Tu amor incondicional es el tesoro más grande que tengo, y aunque ya no estés físicamente aquí, tu amor sigue siendo mi refugio y mi inspiración.
Te extraño cada día y te llevaré siempre en mi corazón.
Con todo mi amor, [Tu nombre]