Los primeros auxilios psicológicos (PAP) son una intervención temprana diseñada para proporcionar apoyo emocional a personas que están atravesando situaciones de crisis. Este tipo de intervención puede ayudar a aliviar el estrés inmediato, promover el bienestar y prevenir el desarrollo de problemas de salud mental a largo plazo. Aquí te presentamos una guía sobre cómo brindar primeros auxilios psicológicos en situaciones de crisis.

Principios básicos de los primeros auxilios psicológicos

  1. Escuchar
    • Atención plena: Escucha con empatía y sin interrupciones. Haz contacto visual y muestra interés genuino en lo que la persona está diciendo.
    • Validación: Reconoce y valida los sentimientos y experiencias de la persona. Frases como «Entiendo que esto es muy difícil para ti» pueden ser útiles.
  2. Proteger
    • Seguridad física: Asegúrate de que la persona esté en un entorno seguro y libre de peligros.
    • Seguridad emocional: Ofrece un espacio donde la persona se sienta emocionalmente segura y respetada.
  3. Conectar
    • Apoyo social: Ayuda a la persona a conectarse con amigos, familiares o redes de apoyo que puedan ofrecer asistencia adicional.
    • Recursos profesionales: Facilita el acceso a servicios de salud mental y otros recursos comunitarios si es necesario.

Cómo brindar primeros auxilios psicológicos

  1. Establece un contacto inicial:
    • Aproximación respetuosa: Acércate de manera calmada y respetuosa. Pregunta si puedes ayudar y ofrece tu apoyo.
    • Presentación: Identifícate y explica brevemente que estás allí para ayudar. «Hola, soy [tu nombre]. Estoy aquí para ayudarte. ¿Te gustaría hablar sobre lo que está pasando?»
  2. Evalúa las necesidades y preocupaciones:
    • Preguntas abiertas: Utiliza preguntas abiertas para comprender mejor la situación. «¿Puedes contarme lo que ha sucedido?» o «¿Cómo te sientes en este momento?»
    • Identificación de prioridades: Ayuda a la persona a identificar sus necesidades y preocupaciones más urgentes.
  3. Proporciona apoyo práctico:
    • Información clara: Ofrece información clara y sencilla sobre los pasos a seguir y los recursos disponibles.
    • Asistencia práctica: Ayuda con necesidades prácticas inmediatas, como contactar a un familiar, organizar transporte o asegurar el acceso a alimentos y refugio.
  4. Fomenta el uso de estrategias de afrontamiento:
    • Técnicas de respiración: Enseña técnicas simples de respiración profunda para ayudar a reducir la ansiedad. «Inhala lentamente por la nariz durante cuatro segundos, mantén la respiración durante cuatro segundos, y exhala lentamente por la boca durante cuatro segundos.»
    • Actividades relajantes: Sugiere actividades que la persona encuentre relajantes o que le ayuden a distraerse, como escuchar música, dibujar o dar un paseo.
  5. Facilita el acceso a recursos y apoyo:
    • Referencias profesionales: Proporciona información sobre cómo acceder a servicios de salud mental, líneas de ayuda y otros recursos comunitarios.
    • Apoyo continuo: Asegúrate de que la persona sepa que puede volver a contactarte o acceder a otros recursos si necesita más ayuda en el futuro.

Consideraciones adicionales

  • Respeto y confidencialidad: Mantén siempre el respeto por la persona y la confidencialidad de la información compartida.
  • Culturalmente apropiado: Asegúrate de que tu apoyo sea culturalmente sensible y apropiado para la persona a la que estás ayudando.
  • Autocuidado: Brindar apoyo emocional puede ser desafiante. Asegúrate de cuidar tu propio bienestar emocional y busca apoyo si lo necesitas.

Ejemplo de una situación

  1. Contexto: María, una estudiante universitaria, acaba de recibir noticias de que un familiar cercano ha fallecido. Está visiblemente angustiada y llorando en un rincón de la biblioteca.
  2. Contacto inicial:
    • «Hola, soy [tu nombre]. Vi que estás pasando por un momento difícil. Estoy aquí para ayudarte. ¿Te gustaría hablar sobre lo que está pasando?»
  3. Escuchar y validar:
    • María comparte que ha perdido a un familiar. «Entiendo que esto es muy doloroso. Es normal sentirse abrumada en una situación así.»
  4. Evaluar necesidades:
    • Preguntas: «¿Hay alguien a quien te gustaría que llamáramos para que esté contigo?» «¿Hay algo que necesites en este momento?»
  5. Apoyo práctico:
    • Ayuda a María a llamar a un amigo cercano para que la acompañe.
    • Proporciona información sobre el centro de apoyo psicológico de la universidad.
  6. Afrontamiento:
    • Enseña a María una técnica de respiración profunda para ayudarla a calmarse.
  7. Recursos:
    • Da a María el número de la línea de apoyo emocional de la universidad y le ofrece acompañarla al centro de apoyo si lo desea.

Proporcionar primeros auxilios psicológicos de manera efectiva puede ayudar a las personas a sentirse comprendidas, seguras y apoyadas durante situaciones de crisis. Con una intervención temprana y adecuada, puedes marcar una diferencia significativa en su recuperación y bienestar.