Dios quiera que estas líneas nos lleven a ser más prudentes en la conducción. Es sabido que la mitad de los que mueren en accidentes de coche no tienen la culpa: el otro coche les asalta de pronto… Por eso si uno evita su accidente está evitando el doble de lo que cree…

LAS PRIMERAS SIETE DÉCIMAS DE SEGUNDO EN EL CHOQUE DE UN AUTOMÓVIL. 

 En la primera décima de segundo el parachoques y la parrilla frontal se aplastan.

 — En el segundo décimo de segundo, el capó se arruga, se levanta, choca contra el vidrio frontal y la parrilla se desintegra. 

— En la tercera décima de segundo, el conductor es despedido de su asiento hacia arriba, con sus rodillas rotas presionando contra el tablero de control y el volante torcido bajo la presión de sus manos.

 — En la cuarta décima de segundo, la parte frontal de vehículo está destruida y totalmente inerme, pero la parte trasera continúa avanzando a 80 kilómetros por hora. El motor de media tonelada se apachurra contra un árbol. 

— En la quinta décima de segundo, las manos del conductor, congeladas por el terror doblan el volante hasta ponerlo en posición casi vertical y él está perforado por el poste del volante. 

— En la sexta décima de segundo, el impacto arranca los zapatos de los pies del conductor. El chasis se dobla por el centro y su cabeza se estrella contra el vidrio delantero. 

— En la séptima décima de segundo, el cuerpo entero del vehículo se tuerce en una grotesca desfiguración. En medio de una agonizante convulsión final, el asiento delantero sale despedido hacia adelante, ensartando literalmente al conductor en la palanca de cambios. La sangre brota a borbotones de su boca. El impacto ha congelado su corazón. 

Pero a él no le importa…. Porque ya está muerto.