A Dios o se le ignora o se le ama. Para eso hay que primero buscarle. Para comenzar hay que aprender a pronunciar su nombre: Dios Mío, Jesús de mi alma.
A Dios o se le ignora o se le ama. Para eso hay que primero buscarle. Para comenzar hay que aprender a pronunciar su nombre: Dios Mío, Jesús de mi alma.