Maestro de una cosa y aprendiz de muchas
Al principio no parecía un genio George Harrison, guitarrista solista de los Beatles.
Oyó tocar a un grupo, John Lennon y Paul McCartney y otro y le gustó. Quiso entrar.
—¿Me dejáis entrar en vuestro grupo?
John Lennon, serio, le lleva a un concierto de guitarra clásica en un teatro de Liverpool.
—Cuando hagas una cosa así, entrarás.
No sabía tocar la guitarra. Compró una. Día y noche tocaba y ensayaba sin parar. “Le sangraban los dedos”.
Al cabo de un mes era uno más de los Beatles.
Sigue una explicación de la anécdota de la historia de George Harrison…
El genio lo llevaba adentro. Sólo él lo sabía. Se propuso una manera de demostrarlo al mundo: una vía para mostrar su genio, que eso era tocar con los Beatles. Era su gran oportunidad y no quería fallar. Solo tendría
una en la vida. No controlaba el instrumento, la guitarra: a ello se dedicó día y noche hasta que pudo manejarla hasta con los ojos cerrados. Esta es la enseñanza: Cuando estás seguro, debes proponértelo y no parar hasta conseguirlo. No darte tampoco grandes períodos: el mes estuvo bien (más largo podría ser peligroso para la salud y no conviene): ser maestro de una cosa y aprendiz de muchas.