Los pilares principales de este saber esotérico son la Astrología, el Teosofismo, la Cábala Judía y la llamada Alquimia.
La Cábala es un término hebreo que significa tradición y se considera el conjunto de doctrinas esotéricas que engloban lo esencial de las tradiciones místicas y mágicas de los judíos, que pretende completar el Torá, fuente escrita de la fe del pueblo elegido.
En cuanto al Teosofismo conviene mencionar que es una de las principales ramas de influencia de la New Age. La Teosofía fue fundada en el año de 1875 por la rusa Helena Blavatski (1831-1891) con dotes de médium y practicante de espiritismo. Su finalidad consistía en la formación de un núcleo de fraternidad universal de la humanidad, sin distinción de raza, creencias, sexo, casta o color; fomentar el estudio comparativo de las religiones y de las filosofías y la investigación de las leyes inexplicables de la
naturaleza y los poderes latentes del hombre. Entre la Teosofía y la teoría actual de la New Age se encuentra la figura de la inglesa Alice Bayle (1880-1849) quien perteneció al círculo más íntimo de la Sociedad Teosófica. Alice Bayle es una de las principalísimas promotoras de la Nueva Era de Acuario, vinculada principalmente a la venida de la reaparición del Cristo y de la nueva religión mundial que servirían de plataforma al surgimiento del nuevo orden mundial.
Alice Bayle ha desarrollado el fundamento de la doctrina del advenimiento del Cristo, a quien denominan con el nombre de Maitreya (el Mesías de la Era de Acuario), de un grupo reducido de “espíritus selectos” llamados Maestros de la Sabiduría. Estos son los miembros más elevados de una logia o fraternidad blanca, es decir, de la jerarquía espiritual que ocultamente gobierna al mundo. Según esta tesis, está próximo a revelarse el maestro de maestros para la nueva Era de Acuario, a quien denominan genéricamente con el nombre de Maitreya. Conviene mencionar que hasta los días de hoy este personaje Maitreya no tiene correspondencia particular con ningún individuo o persona concreta, sino que es simplemente el término nominativo o genérico de una función que habrá de desarrollar el guía o Mesías de la Nueva Era de Acuario.
Finalmente, dentro de los pilares del esoterismo que arropan la New Age, encontramos la Astrología, y es precisamente en base a esta corriente que la New Age afirma que la humanidad está en vísperas de grandes acontecimientos cuyos hechos se encuentran escritos desde hace tiempo en los astros. Según el saber astrológico, está por concluirse el signo astronómico de Piscis y estamos entrando – o ya entramos – al signo de Acuario. Existe el antecedente esotérico del gran “año cósmico”, que es el tiempo que tarda la prolongación ideal del eje de la tierra (o sea, el sol ) en recorrer los doce signos del zodiaco.
El zodiaco es una faja de medición, ideada por el hombre y proyectada sobre el cielo, para medir el curso del sol y de los planetas. Está dividido en doce signos que reciben el nombre de constelaciones. Según el saber esotérico, un año cósmico en el gran ritmo del universo dura 25,920 años. Dividido entre los doce signos del zodiaco, resulta que cada mes cósmico dura 2,160 años, el tiempo que tarda en transcurrir un signo del zodiaco. Pues bien, en la actualidad nos encontramos en el tránsito del mes de Piscis al de Acuario.
Por tanto, están dadas las condiciones para que no solamente surja el Nuevo Orden Mundial y la Nueva Iglesia Universal (fundada en las cenizas del Cristianismo, Judaísmo e Islamismo), sino que, según ellos, está listo a manifestarse el nuevo Cristo, el Mesías de la Era de Acuario, y que según los propios defensores de esta idea, entre ellos el pintor inglés Benjamin Crame, será, ni más ni menos, que el mesías que los judíos siguen esperando; y también será el quinto buda de los budistas; el Imán Mahdi de los Musulmanes; el Bodhisattva de los hindúes y el retorno de Cristo para los cristianos.
Luis Eduardo López Padilla