Establece una rutina: Mantén una rutina diaria estructurada para brindarles seguridad y familiaridad. El Alzheimer puede generar confusión, por lo que una rutina predecible puede ser reconfortante.
Comunícate claramente: Utiliza un lenguaje simple y claro al hablar con ellos. Evita el uso de términos complicados o preguntas ambiguas. Habla despacio y dale tiempo para procesar la información.
Sé paciente: El Alzheimer puede afectar la memoria y la capacidad de comprensión. Sé paciente y evita presionarlos. Permíteles tomarse su tiempo para recordar o realizar tareas.
Fomenta la participación en actividades: Estimula su participación en actividades que les resulten placenteras y significativas. Pueden incluir paseos, escuchar música, hacer manualidades o juegos de memoria.
Simplifica el entorno: Reduce las distracciones y el ruido excesivo en su entorno. Mantén los espacios ordenados y bien iluminados para facilitar su orientación y minimizar la confusión.
Ayuda con las tareas diarias: Brinda apoyo en las actividades diarias como vestirse, bañarse o comer, adaptándote a sus necesidades y respetando su autonomía tanto como sea posible.
Mantén la seguridad: Asegúrate de que el entorno esté seguro, eliminando posibles riesgos como objetos afilados o resbaladizos. Instala cerraduras de seguridad en puertas y ventanas para evitar que salgan sin supervisión.
Mantén una alimentación saludable: Ofrece alimentos equilibrados y nutricionales. Si tienen dificultades para comer, considera texturas suaves o cortar los alimentos en trozos más pequeños.
Cuida de ti mismo: El cuidado de una persona con Alzheimer puede ser agotador. No olvides cuidar de tu propia salud y bienestar. Busca apoyo en familiares, amigos o grupos de apoyo.
Busca ayuda profesional: No dudes en buscar la ayuda de profesionales especializados en el cuidado de personas con Alzheimer. Ellos pueden brindarte orientación, recursos y estrategias específicas para ayudar en el proceso.