En medicina, «perfusión del circuito» se refiere al proceso de suministrar sangre o un fluido específico a un órgano o tejido para mantener su función durante un procedimiento médico. Por ejemplo, durante cirugías cardiovasculares, puede usarse la perfusión para mantener la circulación sanguínea mientras se realiza una operación en el corazón. Este proceso asegura que los órganos y tejidos reciban oxígeno y nutrientes adecuados incluso cuando la circulación normal está temporalmente interrumpida. Es esencial para mantener la viabilidad de los tejidos durante procedimientos quirúrgicos complejos.