Es un problema grave ser un analfabeto histórico… 🤦‍♀️

Cerca de medio millar de manifestantes entraron ayer en el Golden Gate Park de San Francisco con el fin de derribar nuevas estatuas. Entre ellas la efigie en bronce de otra figura hispana de EE.UU., en este caso la de Fray Junípero Serra. Este franciscano español, lejos de ser un «genocida» o un «racista», según destaca el Spanish Council en un comunicado, representó a lo largo de su vida todo lo contrario, el cuidado y la enseñanza a los indios, así como la fundación de las misiones que dieron lugar a muchas ciudades en California.

Fuente https://www.abc.es/cultura/abci-activistas-derriban-estatua-fray-junipero-serra-golden-gate-park-san-francisco-202006201321_noticia.html

Dejamos un relato histórico sobre «La obra misionera de los españoles»

Texto del libro Historia de España contada con sencillez (José María Pemán).

Y no se crea que estos hombres maravillosos, como héroes de cuentos, se olvidaban a aquella distancia del sentido de cruzada que España había dado desde un principio a la conquista. Hubo en aquellas empresas indudablemente algunas crueldades, codicias y defectos humanos. Pero continuamente aparecen rasgos que demuestran que aquellos hombres duros no se habían desprendido de la sublime idea española de ganar un Mundo para la fe y la civilización. Cortés, teniendo preso al rey mexicano, se dedicaba a explicarle la doctrina católica; y el mismo rudo y hosco Pizarro, teniendo ya sus soldados en línea para pelear con los peruanos, hacía que primero se adelantase solo el misionero para decirles que venía en nombre del emperador a sacarles de sus errores y enseñarles la Verdad de Cristo.

Los conquistadores fueron siempre acompañados de misioneros que demostraron, en sus deseos de convertir a los indios, la misma audacia y valor que los otros en ganar las tierras. Los primeros y principales misioneros fueron los franciscanos. Luego llegaron los agustinos, dominicos y jerónimos, y más tarde los jesuitas. Hubo entre los frailes españoles una verdadera vehemencia misionera. Se dio el caso de ir a tierras lejanas y durísimas a misionar incluso grandes señores, como el franciscano Pedro de Gante, que era pariente de Carlos V. También se dio el caso de un obispo de México, tan arrebatado por el celo de apóstol, que a los ochenta años se empeñó en marchar a China para convertir a aquellos infieles.

Honra merecen en ese campo insigne de la misión los obispos, Ramírez de Fuenleal, que rigió Santo Domingo, y Vasco de Quiroga, el famoso «tata Vasco» que tuvo la sede de Michoacán por escenario de su tarea apostólica. También son de insigne recordación fray Juan de Zumárraga, arzobispo de México, fray Toribio de Benavente, llamado por los indios Motolinia, palabra que significa «Pobreza»; Santo Toribio de Mogrovejo, arzobispo en el Perú; fray Bernardino de Sahagún, insigne también en el estudio de aquellas razas y gran intuitivo de la «etnografía» y fray Junípero Serra, el apóstol casi legendario de California.