El Catecismo de la Iglesia Católica aborda la cuestión de la difamación y la calumnia en el contexto de la moral cristiana y el respeto a la dignidad humana. Según el Catecismo, ambas prácticas son consideradas pecados graves porque violan el mandamiento de «no levantar falso testimonio» y atentan contra la verdad y la justicia.

Difamación

Definición según el Catecismo: La difamación implica revelar, sin una razón objetivamente válida, las faltas y defectos de otros a personas que no las conocen. Este acto daña la reputación y la honra de aquellos que son objeto de tales declaraciones.

Referencias del Catecismo:

  • Artículo 2477: «El respeto de la reputación de las personas prohíbe toda actitud y toda palabra susceptible de causarles un daño injusto. Se hace culpable de juicio temerario el que, incluso tácitamente, admite como verdadero, sin tener para ello fundamento suficiente, un defecto moral en el prójimo.»
  • Artículo 2479: «La maledicencia y la difamación destruyen la reputación y la honra del prójimo. La maledicencia ofende contra la virtud de la justicia y de la caridad.»

Calumnia

Definición según el Catecismo: La calumnia consiste en proferir falsedades que dañan la reputación de otra persona, imputándole falsamente faltas o defectos que no tiene.

Referencias del Catecismo:

  • Artículo 2477: «Se hace culpable de calumnia el que, mediante palabras contrarias a la verdad, daña la reputación de otros y proporciona ocasión de juicios falsos respecto a ellos.»
  • Artículo 2481: «La jactancia o vanagloria constituye una falta contra la verdad. Lo mismo la ironía que se propone denigrar a alguien caricaturizando, de manera maliciosa, alguno de sus aspectos.»

Principios morales

El Catecismo subraya la importancia de la verdad y la justicia en la vida cristiana. La difamación y la calumnia son vistas como graves ofensas porque:

  1. Atentan contra la verdad: Ambos actos implican la distorsión de la verdad, ya sea revelando información sin justificación o inventando mentiras.
  2. Destruyen la reputación: Las víctimas de difamación y calumnia sufren daños a su honra y buen nombre, lo cual es injusto y contrario a la caridad cristiana.
  3. Fomentan el juicio injusto: La difusión de falsedades lleva a otros a formar opiniones y juicios erróneos sobre las personas afectadas.

Reparación del daño

El Catecismo también habla sobre la necesidad de reparar el daño causado por la difamación y la calumnia. Esto implica:

  • Retractarse de las declaraciones falsas: La persona culpable debe reconocer y corregir públicamente las mentiras o la información inexacta que haya difundido.
  • Restaurar la reputación dañada: Es importante tomar medidas para rehabilitar la reputación de la persona afectada, en la medida de lo posible.
  • Buscar el perdón: Además de las acciones externas, es crucial pedir perdón a Dios y a la persona afectada, mostrando arrepentimiento sincero.