Querido papá,
Hoy me siento aquí, con el corazón lleno de amor y nostalgia, recordando cada momento que compartimos juntos. Han pasado días, meses y años desde que te fuiste de este mundo, pero tu presencia y tu amor siguen vivos en mi corazón.
Extraño tantas cosas de ti, papá. Extraño tus abrazos cálidos que me hacían sentir protegida y amada. Extraño tus consejos sabios que siempre me guiaban por el camino correcto. Extraño tu risa contagiosa que iluminaba cualquier habitación. Extraño nuestras conversaciones, nuestras aventuras y nuestras complicidades. Extraño todo de ti.
A veces, me encuentro buscando señales de tu presencia a mi alrededor. Quisiera poder escucharte de nuevo, verte sonreír y sentir tu amor incondicional. Pero aunque ya no estés físicamente aquí, sé que sigues siendo mi padre y que siempre estás conmigo en espíritu.
Me siento agradecida por los momentos preciosos que compartimos juntos. Cada recuerdo es un tesoro que guardo en lo más profundo de mi ser. Me enseñaste tantas lecciones de vida, me diste fuerza y me inspiraste a ser la mejor versión de mí misma. Tu influencia sigue guiando mis pasos y tu amor sigue protegiéndome en cada paso del camino.
La vida ha cambiado desde que te fuiste, y aunque el dolor de tu ausencia todavía me acompaña, encuentro consuelo en los recuerdos que compartimos. Siempre serás mi papá y siempre llevaré tu amor conmigo. Me esfuerzo cada día en honrar tu memoria, viviendo una vida llena de amor, compasión y gratitud, tal como tú me enseñaste.
Quiero que sepas que te extraño profundamente, pero también sé que estás en un lugar de paz y descanso. Mientras tanto, aquí en la Tierra, prometo mantener viva tu memoria y transmitir tu legado a las generaciones futuras.
Gracias por ser el mejor padre que podría haber tenido. Agradezco cada sacrificio que hiciste por mí, cada sonrisa que compartimos y cada momento que pasamos juntos. Eres y siempre serás mi héroe, mi guía y mi mayor inspiración.
Te amo, papá, y siempre te llevaré en mi corazón.
Con todo mi amor.