Fue Luis el que soltó la liebre.
En el colegio Santo Tomás (Dominicos), en una plática a los alumnos de 2º de ESO el religioso que la dirigía les preguntó:
¿Quién de vosotros quiere ser santo? Para el estupor de todos –especialmente de Olga, que está por él- sólo se alzó la mano de Luisón el rubio y ricitos, portero titular de la selección de fútbol del colegio.
El resto de compañeros le preguntó anonadado:
Pero ¿es que tú quieres ser santo? (como diciendo: hacerte cura…)
Sí, porque todos los que van al cielo son santos y yo quiero ir al cielo…
Aaaaah, entonces sí… dijeron varios
Continúa la historia…
Este concepto de la santidad que a veces tenemos en la sociedad es, cuando menos, revisable. Copio una idea sobre santos de nuestra época con grandes dudas y momentos de dudas sobre la existencia de Dios, como por ejemplo la Madre Teresa de Calcuta: Monseñor Henry D’Souza, arzobispo de Calcuta, en septiembre de 2006 reveló a la agencia asiática «UCA News» que la Madre Teresa experimentó durísimas pruebas interiores. En concreto, citó una visita que hizo a la Madre en el Woodlands Hospital, en 1996, donde se encontraba internada a causa de problemas cardíacos. El prelado la vio sumamente desasosegada, con dudas y profundos temores. El arzobispo encargó a un sacerdote salesiano, el padre Rosario Stroscio, de 79 años, que rezara sobre ella una de las oraciones que se pronuncian en ritos de exorcismos, aunque dejó claro que no se trató de un rito exorcismo. «Ella no pronunció conmigo la oración, como si estuviera luchando contra la desazón, pero las religiosas que la rodeaban se mostraron preocupadas por lo que sucedía», afirmó el padre Stroscio. Al día siguiente, las religiosas que cuidaban a la Madre Teresa le dijeron que había dormido tranquilamente el resto de la noche, informaba la agencia católica «UCA News». Según los expertos, todos los grandes santos sufren dos tipos de tentaciones. Las diabólicas, en las que el diablo les impide dormir o llevar una vida normal. La Madre Teresa fue tentada por el diablo y llegó a ser sometida a un exorcismo para que el maligno abandonase su cuerpo. Además, la religiosa de Calcuta fue víctima de las llamadas tentaciones espirituales, que intentan destruir la fe sembrando en el corazón del que las padece dudas sobre la existencia de Dios. Son para la Iglesia «una prueba del avanzado estado de espiritualidad de un alma». En el proceso se ha descubierto también que la Madre Teresa gozaba de otros dones de Dios: por ejemplo, el de la locución interna, por el que sentía en su cabeza una voz que le decía lo que tenía que hacer en cada momento. Ya se ve que para ser santo no hace falta tener una hoja de méritos inmaculada, o no haber caído nunca… Se puede seguir a Cristo, tratando de ser su discípulo siendo niño, siendo adulto, siendo soltero (y buscando o, al contrario siendo célibe –esto es soltero por querer de Dios) o casado, siendo trabajador (con trabajo o buscando – en paro) o enfermo, en todos estos casos uno puede decidir VIVIR EN CRISTIANO. Hay una ayuda extraordinaria, si se le pide, la Gracia de Dios.