FRATERNIDAD

Hoy ofrecemos la historia de un dilema: sacrificarse o pensar en el otro…

Por que debería pasarnos esto a menudo…

PENSAR EN EL OTRO: 

 

PREFERIBLE NO VER LAS
ESTRELLAS

 

Cuenta  una leyenda de los
Padres del Desierto de un monje que, a diario, debía recorrer un largo camino
de arena para buscar un poco de leña. La sed le resultaba insoportable.

 

Un día encontró un pequeño oasis donde había una fuente. Dejó de beber,
pensando ofrecerle a Dios ese pequeño sacrificio. Fruto de ese sacrificio
descubrió que cada noche, en recompensa, aparecía en el cielo una nueva
estrella.

 

Un
día, hizo el camino con un novicio. Este, al llegar a la fuente, le grita:
“¡Padre, una fuente!”. Pensó en la sed del novicio.

 

Y
se decía en su interior: “Si yo no bebo con él,  él no beberá”. Pero a la vez pensaba: “ Si bebo, hoy dejará
de brillar una nueva estrella ”.

 

Sin
pensarlo más, se inclinó y bebió hasta saciarse. Luego lo hizo el novicio.

 

  Aquella noche, en el cielo aparecieron
miles de estrellas nuevas.