Un hombre descubrió que el jueves vendría la muerte a buscarle para llevarle.
El miedo le hizo explicárselo todo a su amo y le pidió ir el jueves a Sarea para esconderse y así, cuando la muerte viniera a buscarle, no le encontrara.
Llegó el jueves y la muerte llamó a la puerta del amo. Cuando salió la muerte le preguntó por el criado y el hombre, aunque invadido por un terror indescriptible, se atrevió a mentir a la muerte y le dijo:
-Lo siento mucho, pero está enfermo y ahora mismo está en la cama, lo lamento pero no puede salir.
A lo que la muerte respondió:
– Que extraño… Debe haberse confundido pues tengo con él una cita hoy en Sarea.