La inteligente madre superiora de Tipperary está a punto de morir. Las monjas rodean su cama procurando que esté confortable. Le ofrecen un vaso de leche pero no lo acepta. Una de las monjas se lleva el vaso a la cocina y recuerda que hay una botella de whiskey irlandés que les regalaron en Navidades. La abre y pone una cantidad generosa en el vaso de leche. Vuelve junto a la madre superiora y se lo acerca a los labios. La madre Bebe un sorbito, y luego otro y, casi sin que se den cuenta, se bebe todo el vaso.
―Madre ―le dicen las monjas― ¿Cuál es su última voluntad?
Levantan un poco sobre las almohadas a la madre superiora, quien con los ojos elevados al cielo contesta en un suspiro.
―Que no vendan esa vaca.