Hace mucho tiempo, los hijos de Israel estaban en Egipto y eran esclavos del faraón. Pero Dios escuchó sus lamentos y envió a Moisés para liberarlos. El faraón no quería dejarlos ir, pero Dios hizo muchas cosas asombrosas para ayudar a Moisés y a su pueblo.
Un día, Dios le dijo a Moisés que llevara a los israelitas hacia el Mar Rojo, pero el faraón envió a su ejército para capturarlos. Los israelitas tenían miedo, pero Moisés les dijo que no tuvieran miedo porque Dios estaría con ellos.
Entonces, Dios hizo que un fuerte viento soplara toda la noche y dividió las aguas del Mar Rojo para que los israelitas pudieran caminar por el fondo del mar. Mientras caminaban, una nube los protegió del sol y les dio luz por la noche. Cuando el ejército del faraón intentó seguirlos, Dios hizo que las aguas volvieran y ahogaron a los soldados.
¡Así los israelitas pudieron escapar del faraón y ser libres!