VIRUTAS DE MADERA PRECIOSA:
Obrar bien da más felicidad que
obrar mal.
obrar mal.
Cien ojos en la espalda
Un símil de Presencia de Dios.
Eran alumnos de dos colegios rivales de Alicante y tenían una parada del autobús en el mismo número de la misma calle.
Rodrigo, de 15 años y buen futbolista, me contaba lo que le pasó:
– Llegó el autobús y me subí sin darme cuenta de que no era el mío. Cuando abrí los ojos en el pasillo descubrí que no conocía a ninguno de los niños, que además llevaban uniforme.
Me di media vuelta y le dije, confuso, unas palabras de excusa al profe encargado del autobús.
Cuando volvía a mi parada, avergonzadísimo, noté como que tenía cien ojos clavados en mi espalda.