Un día estábamos una amiga y yo en mi casa. Era un día normal. En ese momento llamaron por teléfono, era mi tío.
Estaba un poco alterado y pregunto que si estaban mis padres, me dijo que tenía que hablar con ellos urgentemente. Le dije que no estaban y le pedí que me contara lo que pasaba. Y así lo hizo…
Estaba mi tío terminando de comer cuando oyó un ruido que parecía provenir de su dormitorio. Fue a ver qué era.
Al entrar vio en la cama algo muy extraño, se veía la forma del cuerpo de una persona tumbada en ella. Mi tío no hizo caso y lo dejó pasar. Pero al cabo de un tiempo no pudo aguantarlo más.
Trajeron a mi tío un espejo nuevo y él decidió hacerle una foto para mandársela a un mercado de antigüedades. Al revelar la foto, vio reflejados los cuerpos de 2 personas que él no había visto nunca y que por supuesto no era él ni ningún conocido. Parecían ser del siglo XIII. Ahora mi tío convive con ellos. Son inofensivos e incluso le ayudan con las tareas del hogar.